FEDELHORCE rinde homenaje a un empresario ejemplar

Juan Martín Sánchez, «Juan Fijones»

En el Juernes Innovador celebrado en la Tenencia de Alcaldía de Cártama-Estación el jueves 14 de marzo de 2019, los empresarios de la comarca y la sociedad civil han querido rendir un homenaje al empresario cartameño Juan Martín Sánchez.

 

Estuvieron presentes un grupo muy numerosos de empresarios, autoridades y políticos, amigos y familiares.

 

Juan Martín es un comerciante y empresario conocido y querido por todos los cartameños. Su vida profesional como panadero y confitero se ha caracterizado por la absoluta dedicación al trabajo y por la preocupación por la calidad y atención a sus clientes.

 

Es un ejemplo de empresa familiar, que recibió de sus padres y abuelos y transmitirá a sus hijos. Además, fuera del ámbito empresarial, es un hombre conocido y respetado por toda la comunidad y colaborador, siempre que se le requiere, de cualquier iniciativa social.

 

Por todo ello, FEDELHORCE, de la mano de su presidente Joaquín Gálvez le hizo entrega de una cerámica que representa el reconocimiento de nuestros asociados a este empresario ejemplar.

 

El tesorero de la Federación, Tomás Salas, en nombre de los asociados, pronunció estas palabras: Es normal concebir al empresario como un señor dedicado a ganar dinero y, además, a hacer ganar dinero a los demás. Pero indudablemente este asunto es más complejo; y entran en juego valores biográficos, morales, de tradición familiar, de superación personal.

 

La persona a la que hoy queremos distinguir es un buen ejemplo de empresario y comerciante en el que estos factores humanos, a los que me refiero, tienen un gran peso.

 

Hijo y nieto de pasteleros y confiteros, de raíces alhaurinas, recogió el negocio de su padre y lo piensa transmitir -no sanemos cuándo- a sus hijos.

 

Todos conocemos a Juan Martín. Todos conocemos a este hombre servicial y generoso, laborioso y -como se decía antes- formal.

 

Lo primero que nos sorprende de él es lo siguiente: ¿cómo se las apaña un hombre a sus casi 70 años para mantener un ritmo de trabajo que dejaría agotado a un veinteañero? Juan tiene una manera rápida y tan nerviosa de hablar y actuar, que hay que pensar que lleva por ahí un cable secreto que le transmite una corriente continua y misteriosa.

 

Esa corriente es el amor que tiene a lo que hace, a la obra bien hecha. Le gusta su trabajo. Quiere hacerlo bien. Está continuamente innovando e imaginando; y te explica con entusiasmo su última idea para decorar las tartas. Le gusta también el trato con la gente, el contacto humano.

 

Comerciante a la antigua usanza. De los que escuchan a los clientes y los tratan con la cercanía de un amigo. Alguna vez toca darles fiado; y alguna vez no cobrar…

 

Como todo buen artista, Juan es un poco indiferente a la cuestión económica. “Este asunto, te dice, lo lleva mi mujer. No sé ni lo que hay en el banco.”

 

Amigo Juan: los filósofos y la gente sabia llevan muchos años tratando de descubrir el secreto de la felicidad. Parece una cuestión complicada. En el fondo, es muy simple y tú lo sabes y lo practicas: la felicidad es hacer lo que a uno le gusta y hacerlo bien.